
Otra gran joya de la literatura rusa. El apático Iliá Ilich Oblómov martiriza desde su sofa al viejo Zajar.
-"Zajar!!!Zajar!!
-¡Ai, Dios santo! ¡Qué martirio! ¡Ojalá se me lleve Dios pronto!!!¿Qué desea?
-¡Un pañuelo,deprisa!¡Podías haberte dado cuenta tú!¡No ves nada!
Zajar no manifestó ningún descontento especial o sorpresa ante la orden y el reproche de su señor: consideraba, probablemente, que tanto uno como lo otro eran muy naturales.
-¡Cualquiera sabe dónde está el pañuelo!-gruñía."
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