sábado, 24 de marzo de 2012

De cómo me enamoré un sábado...

Eran las nueve. Me levanté un sábado, un sábado cualquiera o al menos eso pensaba …Desayuné un cafetillo y tostadas con mermelada de melocotón y luego despedí en la puerta a mi amor. El sol brillaba como hacía tiempo, había dejado su timidez invernal y despertaba picarón con el nuevo espíritu primaveral. Poco a poco me fui vistiendo y me dispuse a salir a la calle. Por el camino me crucé con una cara conocida que no pudo evitar darse cuenta de la diferencia con otros sábados y me dijo.

-“¡Hola! Hoy qué, te toca ir sola? Dónde lo has dejado?”
-“Sí, sí me toca venir sola. Hoy le tocaba trabajar”
-“Qué palo, tendrás que hacer más viajes”
-“Pues sí, que le vamos a hacer”.

Seguí con mi camino, pensando en todos los qu
ehaceres que me esperaban y casi paso de largo. A primera instancia no me percaté de su presencia, no vi nada, estaba cegada por mis pensamientos. Y de golpe y porrazo, zas! ¡Ahí estaba! Desde el primer instante me cautivó y un escalofrío recorrió mi espina dorsal. ¡Qué presencia! ¡Qué porte! ¡Cómo era posible no haber advertido su presencia antes! ¡Qué resplandor, que rizos, que belleza más inmensa! y me sentí tentada…ai! Fue amor a primera vista y ese flechazo me traicionó…no entraba dentro de mis planes enamorarme de otra. ¿Qué dirían de mi? ¿Y mi amor? Pero era imposible evitar la atracción, así que me dispuse a buscar entre mi monedero multicolor algún que otro euro perdido y comprarla. Me repetía sin cesar ” Ya sé, ya sé, no entra dentro de mis planes, no debo no debo…pero no puedo evitarlo…es tan tan…tan VERDE!!!”.
Pagué con ansiedad y me fui corriendo cual correcaminos hacia casa. Necesitaba verla en todo su esplendor a plena luz de cocina. ¡Qué maravilla, qué espectáculo, qué hojas! qué sublime combinación tenía maquinada para ella. Abrí el frigoríafico y extraje una olvidada granada que me miraba con cara de pocos amigos. En su mirada decía ” ¡
ajá! A buenas horas te acuerdas de mí! ¡Me tienes aquí encerrada, pudriéndome a la sombra! ¡Congelada! Mira mi piel, ya no es tersa! Maldita seas” Y a regañadientes tuve que partirla y desgranarla, mientras mi nuevo amor me miraba suplicante “¡No me cortes si tanto me quieres! ¡¡No me destroces!!”. ¡ AH! Qué culpable me sentí! Pero que imperiosa necesidad era tenerla en el plato, emparejada con la granada, con el aceite y una buena dosis de aceite balsámico de módena, OH sí! ¡Qué inconmensurable placer!
Ya lo tenía todo dispuesto para regalarme los sentidos con esa ensalada de escarola. Cogí el tenedor y pinché con decisión, sin olvidarme de incluir algún que otro grano de granada. Mientras acercaba el tenedor a mi boca me pareció oír ruidos, “Oh no! “pensé.

-“Hola! Qué t…ahh!! Pero qué estas haciendo! ¡Me parece increíble!”
-“Lo siento,…yo no quería pero la vi…no pude evitarlo”
-“¡Eres increíble!!INCREÍBLE!!! No tienes vergüenza. Dijimos que íbamos a ceñirnos a la lista, a la lista de la compra! ¡Hala! Pues me voy a comprar yo roquefort…a ver
si vas a ser tú la única que se da esos gustazos!”

domingo, 19 de febrero de 2012

Tarás Bulba (2009)



para ir abriendo el apetito antes de leer a Gógol
http://www.youtube.com/watch?v=k2Pplbq3TJw

viernes, 20 de enero de 2012

Oblómov de Iván Gongharov




Otra gran joya de la literatura rusa. El apático Iliá Ilich Oblómov martiriza desde su sofa al viejo Zajar.

-"Zajar!!!Zajar!!
-¡Ai, Dios santo! ¡Qué martirio! ¡Ojalá se me lleve Dios pronto!!!¿Qué desea?
-¡Un pañuelo,deprisa!¡Podías haberte dado cuenta tú!¡No ves nada!
Zajar no manifestó ningún descontento especial o sorpresa ante la orden y el reproche de su señor: consideraba, probablemente, que tanto uno como lo otro eran muy naturales.
-¡Cualquiera sabe dónde está el pañuelo!-gruñía."

lunes, 11 de octubre de 2010

La Comunidad


En Epitelio Mamario del condado Mama Derecha vivian pacíficamente y en comunidad un buen grupo de células. Todas ellas compartían una meta común, el bien de la comunidad, el equilibrio de la vida en Epitelio Mamario. Cada miembro de la se comportaba de manera altruista y eran buenos amigos con el resto de integrantes minoritarios. Un día aconteció que una célula, Epi se empezó a encontrar mal. Todas sus vecinas empezaron a preocuparse porque Epi siempre había estado muy unida a ellas, compartía todo con sus amigas. De hecho, estaban todas unidas y se intercambiaban información, ya fueran cotilleos sobre quien mostró tal receptor o quién pasó de contrabando algún que otro factor de crecimiento no tolerado en la comunidad. Sin embargo, esta vez Epi empezó a padecer una serie de cambios extraños. Primero fue algo que en su interior empezó a gestarse e hizo que empezara a presentar receptores en cantidades desmesuradas en su membranita. Luego empezó a cambiar de forma, siempre había sido una bella célula con sus dos polos bien definidos, unida a sus hermanas, sus fieles amigas, y a una base que era el pavimento llamado matriz extracelular. A esa matriz estaban todas conectadas, ninguna jamás se había separado de ella. Hasta el día en que Epitelia con su enfermedad empezó a propagarla a algunas de sus hermanas, otras amigas más lejanas empezaron a presentar síntomas similares y poco a poco todas ellas enfermaron. Los primeros cambios fueron terribles, Epitelia fue la que más rápidamente se volvió egoísta, dejó de compartir información con sus hermanas, se separó de ellas y les dijo que prefería seguir su camino. Empezó a comer y crecer desproporcionadamente y poco quedó de su bella figura, su polaridad desapareció y empezó a adoptar formar extrañas. Poco a poco las demás la siguieron, todas discutían unas con otras, ya no se comunicaban, dejaron de ser amigas y cada una de ellas se transformó en algo que jamás hubieran imaginado, con lo unidas que siempre habían estado! Enloquecieron de tal forma que empezaron a desligarse de la matriz que tanto había cuidado de ellas, por si fuera poco, las malvadas crearon unas proteínas que se encargaban de degradar la matriz que las retenía, así la fueron destruyendo poco a poco y la tranquila comunidad de Epitelio se desmoronó, liberando a todas ellas. Cómo locas huyeron, crearon nuevos caminos, se diseminaron, crecieron como locas, algunas se fueron en busca de nuevos caminos por explorar y se introdujeron en los vasos linfáticos; otras, decidieron conocer otras comunidades y fueron a colonizar a Hueso y Pulmón; algunas de ellas, llegaron a hacerse tan fuertes y resistentes que invadieron otras comunidades que no fueron capaces de destruirlas. Si no encontramos una cura muchos planetas Cuerpo seguirán falleciendo pero aun hay esperanzas, todavía es posible encontrar una solución para eliminar a las células egoístas, algún día lo conseguiremos!!!

jueves, 18 de febrero de 2010

Ping Pong Bath Station, una joya del cine Japones


Título original: Takkyu Onsen, 1998
Director: Gen Yamakawa. 110 min. En japo con subtitulos en inglés la podreis encontrar.
Sonoko : MATSUZAKA Keiko
Kanae : MAKISE Riho
Tetsuro : KANIE Keizo
Esta película me encantó...hace tres año, mientras estaba de estancia en Halifax, tuve la ocasión de verla en una multisala de unos de los mall más céntricos de la ciudad. La proyección era totalmente gratuita y se invitaba a la gente que pasaba cerca del cine a que entraran a verla, tan solo debias rellenar luego un cuestionario dando tu opinión sobre la misma. Esta era una manera que tenía la comunidad japonesa de Canada de dar a conocer sus películas y su peculiar cultura.

De veras, esta película vale la pena, lo malo ...encontrarla...a ver.

28/1/07 Una luz que se apagó antes de tiempo...


Hoy el día despertaba triste y gris, pero hace tan solo unos minutos se ha vuelto completamente negro. La verdad no se ni que decir...solo que me acabo de enterar de la muerte de una persona querida y que, sin poder evitarlo, me he puesto a llorar como una cria. Y surge en mi mente el pensamiento de que la vida no es justa o al menos no lo ha sido para el ni para los suyos. No es justo morir joven, no es justo morir de una enfermedad desconocida, saber que no hay remedio. No es justo. Y siento ahora el dolor de la perdida y de la impotencia. Me sabe tan mal, solo se decir eso, no se expresar ahora mismo como me siento. Hay una gran confusion y una mezcla de sentimientos.
Os pongo algo que me escribio mi padre cuando estaba en Canada (en un momento bajo) para explicarme como estaba nuestro amigo y para que veais la fuerza y las ganas que tenia de aferrarse a esta vida a la que a veces somos tan estupidos de maldecir y no saber disfrutar:
"El otro día paseando con José Luis por la Diagonal pase un buen rato
me aporto nuevas sensaciones, aunque no hablamos mas de lo habitual
si que fue interesante el poder ver las pequeñas cosas que
acontecen en un corto paseo, era una tarde de otoño, el sol tenia
estos tonos amarillos y lo bañaba todo de oro , el mundo pasaba a
nuestro alrededor, empujando la silla me paraba allí donde veia algo
nuevo e interesante y lo comentaba, (José Luis como sabes tiene
muchas dificultades para hablar) los edificios que de golpe te
parecen nuevos, los arboles que retoñan en el otoño, las patinadoras,
los de las bicis, todo estas pequeñas cosas que hacian que aquellos
momentos fueran especiales, y que un paseo con un buen amigo hacen
que un domingo cualquiera sea un gran día. Al día siguiente tuve
necesidad de enviarle un E mail a José Luis y hacérselo saber, como
me sentí, me contesto diciéndome que le hizo ilusión, al ver que
coincidíamos en el buen rato pasado, y captando las mismas
sensaciones pero con otra perspectiva. La verdad es que yo creía que
éramos muy diferentes, antes no tenia muchos puntos en común, el un
hombre de la banca y yo un crédulo diseñador, ¿ de que podíamos
hablar? la enfermedad me ha descubierto otro José Luis con el que
compartir cosas, ha nacido un sentimiento de admiración de como sabe
llevar su enfermedad, cuando voy a verlo, a veces tengo miedo al
saber que esta peor, pero después al verlo sonreír y al hablar salgo
mas animado me ayuda.
te cuento esto para que sepas que la ayuda que a veces
necesitamos esta a nuestro tu lado, en todas aquellas pequeñas cosas
que tenemos en nuestro alrededor, un amigo, una circunstancia, un
viaje, etc. todas ellas te ayudan para seguir en el camino, el que
tiene sed busca agua y la encuentra, tu encontraras tu manantial y
el tiempo te limpiara de la pena ......"

La foto es el lugar donde yo descansare algun dia.

jueves, 11 de febrero de 2010

Sentir

L. llevaba dos años dejándose caer en los brazos de la bebida, de las noches sin fin y los amantes sin nombre. Había perdido el contacto con la realidad y no encontraba un orden que le sirviera para afrontar su vida. Sabia hablar sobre los sentimientos como la que más, de hecho, había hablado toda su vida sobre lo que sentía pero realmente no conocía el genuino significado de la palabra sentir. Para ella era fácil, en el pasado, decir un “te quiero”, sin embargo escapaba a su percepción lo que eso entrañaba. No es que ella fuera una autómata, no es que ella fuera insensible, ni mucho menos, simplemente se dejaba llevar demasiado y utilizaba a la ligera el vocablo querer.
Se daba cuenta que la habían enseñado a caminar, a hablar, a leer y a un sinfín de cosas. Nos enseñan desde pequeños la diferencia entre el bien y el mal, nos enseñan a comportarnos pero a la hora de la verdad no nos enseñan a querer y menos a amar. Es un aprendizaje que debemos realizar en solitario y por este motivo se hallaba tan perdida.
El pasar del tiempo le demostraba las carencias que tenia, la ignorancia que regia sus sentimientos…sí sentimientos, ¡qué fácil hablar sobre ellos! ¡verlos en los demás! y qué complicado saber a ciencia cierta que es lo que ella sentía. Hubo un día en que despertó de su letargo y vio que aquello que creía amor era pasión, que aquello que creía sentir era tan solo obsesión, que aquello que confundía con querer era tan sólo dependencia o simplemente la magia de la química. Pero para amar falta tiempo, para querer y sentir falta tiempo…Después de andar perdida empezaba a comprender el secreto de la receta. Los ingredientes básicos son los sentimientos, y ellos aparecen con un poquito de confianza, un poquito de comprensión, un poquito de química, dos cucharaditas de pasión para que no resulte soso el guiso, un buen puñado de comunicación y así poquito a poco, a fuego lento surge ese amor.