
Mientras le escuchaba, su discurso fluía taimado y su verborrea pedante iba calando en mi mente. Era carcoma; entraba en mi cerebro y lo destruía fabricando pequeñas galerías que llegaban a los rincones que yo más deseaba para luego destruirlos sin más.
Manipulaba con las palabras y se llamaba a sí mismo honesto y sincero por admitir con total naturalidad esta capacidad de seducir con las frases que poco a poco iba uniendo. Realmente, lo que él hacia era justificarse para sus adentros por las contrariedades de su parlamento que pudieran surgir en un futuro. No tan sólo me engañaba a mi, sino a sí mismo para poder quedar por encima de los demás como si fuera un ser excepcional, de altas cualidades humanas que no humanitarias (eso hubiera significado pararse más de un segundo a pensar en los demás y no quedarse embobado mirando su maravilloso ombligo).
Foto: Blimunda, cuadro de J. Castellana
Manipulaba con las palabras y se llamaba a sí mismo honesto y sincero por admitir con total naturalidad esta capacidad de seducir con las frases que poco a poco iba uniendo. Realmente, lo que él hacia era justificarse para sus adentros por las contrariedades de su parlamento que pudieran surgir en un futuro. No tan sólo me engañaba a mi, sino a sí mismo para poder quedar por encima de los demás como si fuera un ser excepcional, de altas cualidades humanas que no humanitarias (eso hubiera significado pararse más de un segundo a pensar en los demás y no quedarse embobado mirando su maravilloso ombligo).
Foto: Blimunda, cuadro de J. Castellana
2 comentarios:
A través de estas letras parece ser que de tu sueño y pesadilla estás despertando.
Impecable el escrito.¿para qué utilizar más palabras?
Un beso
Tan sólo son notas que tomo cuando no puedo dormir, es una especie de terápia contra als pesadillas. Si no fuera por mi libretita en la mesilla de noche estaría perdida.
Besales Camy
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